Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), más conocidos como anorexia o bulimia, son algunas de las enfermedades que más han aumentado en los últimos años, de ahí que se les catalogue de enfermedades contemporáneas. “Actualmente afectan al 10% de la población adolescente de nuestro país, y entre el 4 y el 6% de los casos son graves o muy graves, son datos preocupantes”, explica Valero Pérez Camo, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza.

Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), más conocidos como anorexia o bulimia, son algunas de las enfermedades que más han aumentado en los últimos años, de ahí que se les catalogue de enfermedades contemporáneas. “Actualmente afectan al 10% de la población adolescente de nuestro país, y entre el 4 y el 6% de los casos son graves o muy graves, son datos preocupantes”, explica Valero Pérez Camo, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza.

Prevención de los Trastornos de la conducta alimentaria TCA
Prevención de los Trastornos de la conducta alimentaria TCA
[list target=”_blank” style=”1″ title=”FUENTE:” link=”http://www.heraldo.es/noticias/aragon/2017/01/14/los-casos-trastornos-conducta-alimentaria-siguen-creciendo-aragon-1153243-300.html” icon=”icon-book-open”]Camino Ivars Zaragoza HERALDO.ES
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Los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA), más conocidos como anorexia o bulimia, son algunas de las enfermedades que más han aumentado en los últimos años, de ahí que se les catalogue de enfermedades contemporáneas. “Actualmente afectan al 10% de la población adolescente de nuestro país, y entre el 4 y el 6% de los casos son graves o muy graves, son datos preocupantes”, explica Valero Pérez Camo, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. El centro hospitalario cuenta con una Unidad de Trastorno Infanto-Juvenil, creada en 1995 y considerada de referencia a nivel autonómico.

Aunque los TCA afectan a ambos sexos, se muestra una prevalencia de entre un 90 y un 95% en mujeres. “Se trata de una enfermedad claramente sexista, aunque en los últimos años se ha dado un leve repunte en hombres”, afirma Pérez Camo.

Como explica el doctor, los datos registrados en los últimos años son “preocupantes” ya que que “si bien es cierto que hubo un incremento de la incidencia en 2004 y 2006, en el que tuvimos 112 casos nuevos al año, posteriormente los casos disminuyeron; en 2014 y 2015 se elevó mucho la demanda alcanzando los 126 casos nuevos. Es nuestro récord histórico”, asegura.

Además, “no solo crece la prevalencia sino que aparecen cada vez casos más graves, la mayoría de entre 14 y 16 años y acompañados de otras patologías como trastornos de personalidad o de control de impulsos y patologías afectivas o depresivas”.

Sin embargo, este tipo de enfermedades no responden a una causa concreta sino que muchas veces tienen que ver varias: “Existen factores tanto predisponentes como precipitantes a nivel biológico, psicológico y social. Sin duda, estos últimos son fundamentales, y, por ejemplo, el inicio de una dieta o de la operación bikini pueden poner en marcha el mecanismo de la enfermedad”, explica Pérez Camo.

Además, indica, esta “tendrá una evolución peor si se acompaña de factores psicológicos como la baja autoestima o dependiendo del contexto sociocultural desfavorable”. Se trata de una enfermedad de difícil y complicado tratamiento y que aparece, cada vez más, en edades tempranas. “El reto fundamental en el que debemos ganar la batalla es la prevención”, concluye el doctor.

Precisamente para luchar contra la expansión de los TCA desde diferentes ámbitos como el educativo, sanitario, sociocultural o familiar, el pasado mes de diciembre se presentaba en Zaragoza la Fundación APE. “Se trata de una de las enfermedades que más se está desarrollando en los últimos años y que afectan, generalmente, a la población más joven”, advierten Carlos Peralta, uno de sus fundadores.

“Este tipo de trastornos afectan trasversalmente a muchos ámbitos, desde el sanitario, social o de consumo. Por eso queríamos unir a profesionales en las diferentes materias para poder abordar el problema. No ha sido tarea fácil”, asegura Peralta.

PELIGROS EN LA RED

Además, la globalización y la aparición de las redes sociales han favorecido de manera “muy importante” la expansión de este tipo de trastornos. “Existen numerosas webs que hacen proselitismo de la anorexia y la bulimia y que facilitan claves para que las niñas sigan estas pautas que acaban por convertirse en un hábito de vida”, afirma.

Precisamente por eso, uno de sus primeros pasos ha sido la firma de un convenio con el proveedor de servicios de internet aragonés Embou Masmóvil, que ayudará prevenir y erradicar este tipo de trastornos a través de la tecnología. En palabras de su director, Jorge Blasco Moreno, la empresa se comprometía a “bloquear todas aquellas páginas que son previsiblemente peligrosas para impulsar este tipo de enfermedades”.

Otro de sus objetivos a corto plazo se centra en el ámbito educativo. “Hay muchas cosas por hacer sobre todo para que se empiece a combatir desde los colegios, los institutos y las universidades. Hay que crear un protocolo de actuación que permita la detección temprana y que dote al personal docente y a los padres de herramientas para saber cómo actuar ante un posible caso, concluye Peralta.

Precisamente el próximo 16 de enero, la Asociación Aragonesa de Familiares de Enfermos con un Trastorno de la Conducta Alimentaria (ARBADA) celebra su veinte aniversario de actividad, centrada en la defensa de la atención a las personas afectadas con TCA en la Comunidad Autónoma y pionera en Aragón en este ámbito. Según sus estadísticas, tan solo en 2016 llevaron a cabo más de 1.000 intervenciones familiares y otras 825 a personas afectadas con uno de estos transtornos.

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